martes, 27 de octubre de 2009

Las Tres hijas del Rey

Erase un poderoso rey que tenía tres hermosas hijas, de las que estaba orgulloso, pero ninguna podía competir en encanto con la menor, a la que él amaba más que a ninguna.Las tres estaban prometidas con otros tantos príncipes y eran felices.Un día, sintiendo que las fuerzas le faltaban, el monarca convocó a toda la corte, sus hijas y sus prometidos.-Os he reunido porque me siento viejo y quisiera abdicar. He pensado dividir mi reino en tres partes, una para cada princesa. Yo viviré una temporada en casa de cada una de mis hijas, conservando a mi lado cien caballeros. Eso sí, no dividiré mi reino en tres partes iguales sino proporcionales al cariño que mis hijas sientan por mí.Se hizo un gran silencio. El rey preguntó a la mayor:¿Cuánto me quieres, hija mía?-Más que a mi propia vida, padre. Ven a vivir conmigo y yo te cuidaré.-Yo te quiero más que a nadie del mundo -dijo la segunda.La tercera, tímidamente y sin levantar los ojos del suelo, murmuró:-Te quiero como un hijo debe querer a un padre y te necesito como los alimentos necesitan la sal.El rey montó en cólera, porque estaba decepcionado.- Sólo eso? Pues bien, dividiré mi reino entre tus dos hermanas y tú no recibirás nada.En aquel mismo instante, el prometido de la menor de las princesas salió en silencio del salón para no volver; sin duda pensó que no le convenía novia tan pobre.Las dos princesas mayores afearon a la menor su conducta.-Yo no sé expresarme bien, pero amo a nuestro padre tanto como vosotras -se defendió la pequeña, con lágrimas en los ojos-. Y bien contentas podéis estar, pues ambicionabais un hermoso reino y vais a poseerlo.Las mayores se reían de ella y el rey, apesadumbrado, la arrojó de palacio porque su vista le hacía daño.La princesa, sorbiéndose las lágrimas, se fue sin llevar más que lo que el monarca le había autorizado: un vestido para diario, otro de fiesta y su traje de boda. Y así empezó a caminar por el mundo. Anda que te andarás, llegó a la orilla de un lago junto al que se balanceaban los juncos. El lago le devolvió su imagen, demasiado suntuosa para ser una mendiga. Entonces pensó hacerse un traje de juncos y cubrir con él su vestido palaciego. También se hizo una gorra del mismo material que ocultaba sus radiantes cabellos rubios y la belleza de su rostro.A partir de entonces, todos cuantos la veían la llamaban "Gorra de Junco".Andando sin parar, acabó en las tierras del príncipe que fue su prometido. Allí supo que el anciano monarca acababa de morir y que su hijo se había convertido en rey. Y supo asimismo que el joven soberano estaba buscando esposa y que daba suntuosas fiestas amenizadas por la música de los mejores trovadores.La princesa vestida de junco lloró. Pero supo esconder sus lágrimas y su dolor. Como no quería mendigar el sustento, fue a encontrar a la cocinera del rey y le dijo:-He sabido que tienes mucho trabajo con tanta fiesta y tanto invitado. ¿No podrías tomarme a tu servicio?La mujer estudió con desagrado a la muchacha vestida de juncos. Parecía un adefesio...-La verdad es que tengo mucho trabajo. Pero si no vales te despediré, con que procura andar lista.En lo sucesivo, nunca se quejó, por duro que fuera el trabajo. Además, no percibía jornal alguno y no tenía derecho más que a las sobras de la comida. Pero de vez en cuando podía ver de lejos al rey, su antiguo prometido cuando salía de cacería y sólo con ello se sentía más feliz y cobraba alientos para sopor-tar las humillaciones.Sucedió que el poderoso rey había dejado de serlo, porque ya había repartido el reino entre sus dos hijas mayores. Con sus cien caballeros, se dirigió a casa de su hija mayor, que le salió al encuentro, diciendo:-Me alegro de verte, padre. Pero traes demasiada gente y supongo que con cincuenta caballeros tendrías bastante.-¿Cómo? exclamó él encolerizado-. ¿Te he regalado un reino y te duele albergar a mis caballeros? Me iré a vivir con tu hermana.La segunda de sus hijas le recibió con cariño y oyó sus quejas. Luego le dijo:-Vamos, vamos, padre; no debes ponerte así, pues mi hermana tiene razón. ¿Para qué quieres tantos caballeros? Deberías despedirlos a todos. Tú puedes quedarte, pero no estoy por cargar con toda esa tropa.-Conque esas tenemos? Ahora mismo me vuelvo a casa de tu hermana. Al menos ella, admitía a cincuenta de mis hombres. Eres una desagradecida.El anciano, despidiendo a la mitad de su guardia, regresó al reino de la mayor con el resto. Pero como viajaba muy des-pacio a causa de sus años, su hija segunda envió un emisario a su hermana, haciéndola saber lo ocurrido. Así que ésta, alertada, ordenó cerrar las puertas de palacio y el guardia de la torre dijo desde lo alto:-iMarchaos en buena hora! Mi señora no quiere recibiros.El viejo monarca, con la tristeza en alma, despidió a sus caballeros y comonada tenía, se vio en la precisión de vender su caballo. Después, vagando por el bosque, encontró una choza abandonada y se quedó a vivir en ella.Un día que Gorro de Junco recorría el bosque en busca de setas para la comida del soberano, divisó a su padre sentado en la puerta de la choza. El corazón le dio un vuelco. ¡Que pena, verle en aquel estado!El rey no la reconoció, quizá por su vestido y gorra de juncos y porque había perdido mucha vista.-Buenos días, señor -dijo ella-. ,Es que vivís aquí solo?-Quién iba a querer cuidar de un pobre viejo? -replicó el rey con amargura.-Mucha gente -dijo la muchacha-.Y si necesitáis algo decídmelo.En un momento le limpió la choza, le hizo la cama y aderezó su pobre comida.-Eres una buena muchacha -le dijo el rey.La joven iba a ver a su padre todos los domingos y siempre que tenía un rato libre, pero sin darse a conocer. Y también le llevaba cuanta comida podía agenciarse en las cocinas reales. De este modo hizo menos dura la vida del anciano.En palacio iba a celebrarse un gran baile. La cocinera dijo que el personal tenía autorización para asistir.-Pero tú, Gorra de Junco, no puedes presentarte con esa facha, así que cuida de la cocina -añadió.En cuanto se marcharon todos, la joven se apresuró a quitarse el disfraz de juncos y con el vestido que usaba a diario cuando era princesa, que era muy hermoso, y sus lindos cabellos bien peinados, hizo su aparición en el salón. Todos se quedaron mirando a la bellísima criatura. El rey, disculpándose con las princesas que estaban a su lado, fue a su encuentro y le pidió:-Quieres bailar conmigo, bella desconocida?Ni siquiera había reconocido a su antigua prometida. Cierto que había pasado algún tiempo y ella se había convertido en una joven espléndida.Bailaron un vals y luego ella, temiendo ser descubierta, escapó en cuanto tuvo ocasión, yendo a esconderse en su habitación. Pero era feliz, pues había estado junto al joven a quien seguía amando.Al día siguiente del baile en palacio, la cocinera no hacía más que hablar de la hermosa desconocida y de la admiración que le había demostrado al soberano.Este, quizá con la idea de ver a la linda joven, dio un segundo baile y la princesa, con su vestido de fiesta, todavía más deslumbrante que la vez anterior, apareció en el salón y el monarca no bailó más que con ella. Las princesas asistentes, fruncían el ceño.También esta vez la princesita pudo escapar sin ser vista.A la mañana siguiente, el jefe de cocina amonestó a la cocinera.-Al rey no le ha gustado el desayuno que has preparado. Si vuelve a suceder, te despediré.De nuevo el monarca dio otra fiesta. Gorra de Junco, esta vez con su vestido de boda de princesa, acudió a ella. Estaba tan hermosa que todos la miraban.El rey le dijo:-Eres la muchacha más bonita que he conocido y también la más dulce. Te suplico que no te escapes y te cases conmigo.La muchacha sonreía, sonreía siempre, pero pudo huir en un descuido del monarca. Este estaba tan desconsolado que en los días siguientes apenas probaba la comidaUna mañana en que ninguno se atrevía a preparar el desayuno real, pues nadie complacía al soberano, la cocinera ordenó a Gorra de Junco que lo preparase ella, para librarse así de regañinas. La muchacha puso sobre la mermelada su anillo de prometida, el que un día le regalara el joven príncipe. Al verlo, exclamó:-jQue venga la cocinera!La mujer se presentó muerta de miedo y aseguró que ella no tuvo parte en la confección del desayuno, sino una muchacha llamada Gorra de Junco. El monarca la llamó a su presencia. Bajo el vestido de juncos llevaba su traje de novia.-De dónde has sacado el anillo que estaba en mi plato?-Me lo regalaron.-Quién eres tú?-Me llaman Gorra de Junco, señor.El soberano, que la estaba mirando con desconfianza, vio bajo los juncos un brillo similar al de la plata y los diamantes y exigió:-Déjame ver lo que llevas debajo.Ella se quitó lentamente el vestido de juncos y la gorra y apareció con el mara-villoso vestido de bodas.-Oh, querida mia! ¿Así que eras tú? No sé si podrás perdonarme.Pero como la princesa le amaba, le perdonó de todo corazón y se iniciaron los preparativos de las bodas. La princesa hizo llamar a su padre, que no sabía cómo disculparse con ella por lo ocurrido.El banquete fue realmente regio, pero la comida estaba completamente sosa y todo el mundo la dejaba en el plato. El rey, enfadado, hizo que acudiera el jefe de cocina.-Esto no se puede comer -protestó.La princesa entonces, mirando a su padre, ordenó que trajeran sal. Y el anciano rompió a llorar, pues en aquel momento comprendió cuánto le amaba su hija menor y lo mal que había sabido comprenderla.En cuanto a las otras dos ambiciosas princesas, riñeron entre sí y se produjo una guerra en la que murieron ellas y sus maridos. De tan triste circunstancia supo compensar al anciano monarca el cariño de su hija menor.



Fin

Tengo un amor...


Tengo un amor
Que es un castigo del Señor
Que me domina y me hace triza el corazón
Que me ha dejado solo,
Sin ver el sol

Tengo un amor
Que es como un náufrago en el mar...
Que está muy solo y nadie viene a rescatar
Que se abraza a las olas buscando paz...

Tengo un amor que no es amor que me hace daño,
Mi corazón está en sus manos
Me desespero y no tengo valor
Para irme de ti amor....
Tengo un amor que no es amor
Que me hace daño
Mi corazón está en sus manos
Me desespero y no tengo valor
Para irme de ti amor...
Tengo un amor
Que es una celda, una prisión
Que me condena y me ha encerrado en su dolor
Que me ha dejado solo
Sin ver el sol...

Tengo un amor...

martes, 20 de octubre de 2009

Besos...



Llega el instante en el que me quedo perpleja no que se que hacer ni como
actuar, tu mirada me pone nerviosa, es tan fija y a la vez tan tierna
en tu rostro se dibuja una sonrisa engatusadora
mi cuerpo no responde mis manos tiemblan
mis labios se secan, mis ojos buscan donde esconderse
la voz se me quiebra, siento que la respiración me falta
mientras más te acercas.

Delicadamente caricias mi rostro
coges mi mano,
y sin poder evitar el nerviosismo bajo la mirada.

Siento tu respiración más cerca,
mientras que la mía se hace mas corta
te das cuenta, que estoy nerviosa y me abrazas,
con mis manos acaricio tu rostro tratando
de quitar los nervios y otra
ves dibujas tu sonrisa que me engatusa,
nuestras miradas se cruzan,
y se pierden juntas...

Con tus dedos comienzas a jugar en mi rostro
mientras yo sonrió
mi mano toca tu pecho
tu corazón enloquecido esta.
el mio? el mio perdió el control
desde que te pusiste enfrente.

Con una sonrisa y con los ojos
brillosos te acercas cada vez más,
mis manos frías están, me quedo
paralizada
mientras tus labios rozan los míos.

Nuestros labios comienzan a conocerse
van despacio muy lento demasiado lento
son de esos besos tiernos que viven
el momento especial.

Sin embargo, una vez que mis labios toman el control
pierdes el equilibrio los papeles se voltean
el nervioso ahora eres tu.
Y sigues mi ritmo, y comenzamos
a jugar el juego de los besos.

En el juego
tu boca y mi boca pierden el control
nuestras lenguas? já! creo que
ya no hay más que decir...
solo que son de los besos que en el
que sientes que vas a perder
los papeles del momento...




domingo, 18 de octubre de 2009




Todo se torna de colores...
decía la niña
veo el día y la noche
al mismo tiempo con un
hermoso arcoiris ... veo la
lluvia que rocía mi rostro...
ya no veo claro... veo nublado
no me siento, siento la vista
caer con ligeras voces que
ni entenderlas puedo...

Que pasa? que me sucede?
Al abrir los ojos veo
pequeñas luces de colores
a mi alrededor
que hermoso es...
jamas vi tan bellos
resplandores pequeños...
intento alcanzarlos
pero cada ves que lo intento se alejan más...
y otra vez me siento caer...

Otra vez me siento adormecida
otra vez me siento caer
otra vez intento abrir los ojos
y al abrirlos
veo montañas
relámpagos,
tormentas que me rodean
desesperadamente intento correr
pero al querer hacerlo
vuelvo a caer

Veo inicio , el fin
el comienzo de la creacion
lunas de colores soles
rojos...pequeñas estrellas
negras...
es esto el fin del mundo?

No comprendo ...
mi cuerpo ligeramente cae cae...al ya no poder mas
quedo completamente dormida
al abrir mis ojos vi que todo
fue un sueño tal vez?
mis fantasías?
.-. una revelación de lo que sucederá?

pero al ver al mi alrededor me doy cuenta que
fue más que eso...

sábado, 10 de octubre de 2009

Princesa...


Erase una vez, Erase una vez
una pequeña princesa de cabellos negros, ojos de encanto
y pura inocencia,
labios cual rojo pasión de amor,
su madre? Era la soledad pura, quien le decía:

Pequeña princesa, Oh pequeña mia
tu quien viviste mucho tiempo en aquella
burbuja y poco en el mundo
oscuro...valla que era una
hermosa y cristalina burbuja...
tus encantos vivían escondidos,
tu inocencia era pura, en ella radiaba
la nobleza y lo sentimientos
jamas antes vistos...!

Princesa mía creciste rápido , decidiste
salir de tu burbuja, mostrarte al mundo
cuanto te costo el error?
te gusto lo que viste?
perdiste tu belleza, tus ojos inocentes
conocieron el pecado, la mentira, el miedo...
quisiste volver a tu mundo encantando color
de rosa, pero ya no pudiste...

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Te sentías afligida, temerosa.
El mundo no es como esperaste cierto?, creciste
muy apresurada, te dejaste influenciar, escogiste
los caminos equivocados pequeña...
Oh princesa, princesa, tu cuerpo
no lo resistió
Tu mente perdió el control al igual
que tus acciones...Tus amigos fueron
aquellos pequeños alucinógenos
que te ayudaban a olvidar todo tu dolor.

Amigos fieles decías tu?
decías que te llevaban ah aquel paraíso que tanto
anhelabas volver, que equivocada estabas
pequeña mía...Muy errónea tu idea

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No llores más!...Pequeña, te decían.

oh princesa princesa
tus cabellos negros quebrados estaban,
tus ojos se mostraban perdidos en la oscuridad
tu cuerpo frágil y lastimado estaba...
y tus labios resecados se veían,
ya no eras la pureza viva que antes todos
cuidaban y anhelaban tener.

Todos entendían que era producto de aquellos
actos equívocos, actos que eran productos
de tu soledad... Tal vez?


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Pequeña, quisiste volver a los brazos
de aquel paraíso que tenias,
lamento si nadie te reconoció.

Decían que la escusa perfecta fue que
todo había sido por tu culpa por
aquellas decisiones ciegas...

No lo entendías, no comprendías
ya nadie te quería...
tus ojos perdieron el rumbo,
te encerraste en aquel mundo otra vez
y con ello te sentías volver por unos instantes
a tu paraíso, valla paraíso si que era hermoso cierto?
si,si lo era...
pero al perder el efecto, princesa que veías?
veías ah aquel mundo
horrible que otra vez te rodeaba
y flaqueabas otra vez...
No sigas más te decían,
otros te lloraban, te lo suplicaron
pero ya era tarde para ti, pequeña princesa...
tu lo habías perdido todo ya...

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Un día, te vieron recostada,
el exceso te cegó, tu corazón
no lo resistió, tu alma ya no estaba en ti
tu cuerpo se volvió en nada...
en tu mano se encontraba
una carta diciendo que volaras
hacia otro mundo, donde encontraras
aquel palacio perdido
lleno de amor y paz...Un
lugar donde no exista soledad,
miedo, pecado, vicios...

Princesa... tu encanto se borro
dejando mil almas en shock
tal ves esto les mostro
cuan sola te sentías y cuanta falta
te hacían, ahora lloran y se lamentan
pero ya eso no es nada ah aquel
mundo en el que sufrías y
que tu cuerpo y tu alma tuvieron que
afrontar.



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Y así la princesa, voló hacia un nuevo rumbo,
en busca de lo que su alma tanto había buscado...
ahora la luz sera su guía...para que su
alma no vuelva a perder su rumbo...

viernes, 9 de octubre de 2009

Silencio porfavor...!




Yo no necesito que tu seas fuerte
Yo nunca necesito que
señales mis errores
Yo no necesito del dolor,
nunca lo necesito
Mi amor para ti fue lo suficientemente fuerte como tu debes haber sabido







Yo nunca necesite que me sentensiaras
Yo nunca ize la pregunta
¿Qué me pasó?
Yo nunca pedi tu ayuda,
me ocupe de mí misma,
No sé por qué tu piensas que tengo una reserva en mí









Y es un poco tarde para
conversaciones
No hay nada que tu digas
ni de mis ojos ni mis manos,
Por lo tanto, mírame y escúchame, porque









No quiero demasiado, solo verte un minuto
No quiero que, no nos digamos una palabra
Silencio, silencio, silencio, silencio
No hay otra manera, tengo la última palabra, porque,






No quiero demasiado, hacerlo más
Yo no quiero de ti, no hay nada mas que desir
Silencio, silencio, silencio, silencio
Ya he hablado, nuestro amor se rompe
Bebé silencio, silencio






Y me cuesta pensar que...=/


Ya no necesitaré de tus correcciones
Sobre todo, desde cómo actuar para lo que digo
Yo no necesitare tus palabras
Regularmente me dañan
Yo ya no te tendre aquí todos los días



Lo siento por la forma en que te dejas ir
se fue lo que algún dia quize
Pero yo no soy el problema que rompe
Sé que a tu lado no es donde yo pertenezco




Y es un poco tarde para explicaciones
es tarde para que algo puedas hacer
ni de mis ojos ni mis manos
Por lo que se escucha cuando digo



No quiero demasiado, solo verte un minuto
No quiero que, no nos digamos una palabra
Silencio, silencio, silencio, silencio
No hay otra manera, tengo la última palabra, porque,
No quiero demasiado, hacerlo más

Yo no quiero de ti, no hay nada mas que desir
Silencio, silencio, silencio, silencio
Ya he hablado, nuestro amor se rompe
Bebé silencio, silencio

No más palabras, no más mentiras, no más llanto
No más dolor, más no duele, no hay mas que intentar




Yeahh
Por que
No quiero demasiado, solo verte un minuto
No quiero que, no nos digamos una palabra
Silencio, silencio, silencio, silencio
No hay otra manera, tengo la última palabra, porque,
No quiero demasiado, hacerlo más
Yo no quiero de ti, no hay nada mas que desir
Silencio, silencio, silencio, silencio
Ya he hablado, nuestro amor se rompe
Bebé silencio, silencio

Ya he hablado, nuestro amor se termina
Bebé